viernes, 11 de enero de 2008

El Rostro: 30 años de teatro independiente


Teatro EL ROSTRO nació a la vida escénica penquista un 27 de noviembre de 1978, en el Teatro Concepción, con el estreno de “Amor a la Africana”, texto que generosamente nos entregara la dramaturga nacional Isidora Aguirre, gran compañera en la búsqueda de un teatro que nos identifique como chilenos y latinoamericanos. De su pluma también surgió “Retablo de Yumbel”, otro de nuestros éxitos, aquí y en escenarios extranjeros.
De la mano de Juan Radrigán, hemos caminado con “Las Brutas” (1982) y “Testimonio sobre las muertes de Sabina”, esta última invitada a representar a Chile en el Festival de Manizales, en 1985.

Hemos incursionado en la dramaturgia latinoamericana con Dalmiro Sáenz (“Hip, Hip, Ufa”) y Juan Rivera (“Sinchico, el protegedor”). Para el año Internacional del Niño, realizamos “El hermanito”, de Augusto Pescador y “En pañales”, de Thorton Wilder. De Raúl Ruiz, “El niño que quiere hacer las tareas”. Del binomio Oscar Castro-Carlos Genovese, “Había una vez un rey” y “Sálvese quien pueda”. Pero también hemos abordado a dramaturgos universales como Samuel Beckett (“Acto sin palabras”) y al gran Edward Albee con “Quien le tiene miedo al lobo”, gran desafío, cumplido con excelencia a juzgar por la crítica. Actualmente está en cartelera “Cita a ciegas”, de Mario Diament, estrenada en varios países simultáneamente.

Pero también nuestra preocupación han sido los niños, el público teatral del futuro, con versiones propias para los clásicos como “Caperucita”, “Pinocho”, “El gato con botas”, “Hansel y Gretel”, “La Cenicienta”, “El mago de Oz” y tantos otros. Realizadas con dedicación y cariño y gratificadas por el aplauso de un público siempre fiel.

Han sido 30 años de trabajo, de vencer obstáculos, a veces indiferencias, pero siempre firme en los objetivos de revitalizar la tradición teatral penquista que heredamos de nuestros maestros (Gabriel Martínez, Pedro de la Barra), de ser un espacio de desarrollo y formación artístico-teatral, un lugar de intercambio, perfeccionamiento y formación de nuevos valores para la escena. Un testimonio de gratitud al Profesor y Director Raúl Osorio, a la Dramaturga y amiga Isidora Aguirre que siempre nos acompañaron en este porfiado intento de mantener vivo el teatro en Concepción, durante treinta años.

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